Tudela

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Todos mis sueños

domingo, 9 de septiembre de 2012

¿Pensiones o cañones?

Levamos varias semanas en las que se nos viene hablando insistentemente del asunto de las pensiones. Las últimas noticias referidas al hecho de que, para pagar las pensiones públicas durante este verano, se ha tenido que utilizar buena parte del Fondo de Contingencia, por un importe de más de 4.000 millones de euros.

Por otro lado, creo que, a estas alturas, ya todos sabemos que nuestro sistema público de pensiones es un sistema de los llamados de “solidaridad intergeneracional” o de “reparto”, dicho de otro modo, unos venimos pagando las pensiones de ayer y de hoy con la esperanza, hoy se torna ingenua e incierta, de que otros paguen las pensiones de mañana. Pero, si no hay cotizantes no se pueden pagar las pensiones, porque se pagan al día con las cotizaciones del día. Si bajan las cotizaciones, por paro y por descenso de natalidad, y crece la esperanza de vida el sistema se hace, paulatina y progresivamente, menos viable.

Además de ello, los trabajadores y trabajadoras hemos tenido que cotizar al sistema obligatoriamente, por tanto no es un sistema de libre elección. Y tampoco deberemos equivocarnos con el concepto terminológico con el que se denomina nuestra aportación (cuota o cotización a la S. Social), cuando nuestra cotización se parece más, de hecho, a un impuesto que a una cuota, porque la diferencia entre cuota e impuesto, al menos en este caso, no es baladí.

Teniendo todas estas cuestiones por sabidas, la preocupación galopante se centra en un estrato de población de unos cincuenta y muchos años, donde se ha cotizado, afortunadamente en muchos casos, unos 40 años y, en algunos de esos casos, bastantes de esos años por la cotización máxima o, lo que es lo mismo, con la aspiración y justificación formal y legal de poder obtener la pensión máxima; por cuanto, nuestro sistema debería, al menos, amparar un cierto reconocimiento al esfuerzo y garantizar que quien más ha cotizado obtiene, por ello y en justa correspondencia, una mayor pensión. Lo contrario rompería el equilibrio y quebraría la justificación del esfuerzo, reforzando las tesis contrarias de que, como obtengo lo mismo, para qué cotizar por más.

Estas trabajadoras y trabajadores, a los que todavía les quedan entre 5 y 10 años de cotizaciones y esfuerzos, están escuchando, con suma preocupación, dos cosas importantes. La primera que no se sabe, a día de hoy, si se podrán jubilar a los 65, a los 66 o finalmente a los 67 años, con la derivada de que si se retrasa la jubilación también se retrasa la nueva oportunidad de empleo. La segunda, más importante que la anterior, que no se sabe, también a día de hoy, si habrá dinero para sus pensiones y si el importe de las mismas será en equidad al esfuerzo de cotización realizado, tanto en tiempo como en cuantía.

Si los peores presagios se cumplieran, jubilación a los 67 años (casi 50 años de cotización) y reducción de las cuantías de las pensiones, sobre todo las de mayor importe, bien se pudiera romper el principio de equidad, aunque no el de justicia social, por cuanto pudiera ocurrir que personas con menores años de cotización e inferiores cuantías cotizadas obtuvieran una pensión similar. De ser esto así, estaría justificado que se cambiase el nombre a las cotizaciones a la S. Social y se acuñara lo que realmente es, un impuesto obligatorio para la jubilación.

Pero, todo esto deviene de la crisis económica y de la falta de estímulos para crear empleo, desafortunadamente todo eso es lo que está consiguiendo Rajoy. Debiendo el Gobierno de España, del PP, con su mayoría absoluta, optar por reducir o recortar en una parte o en otra de los Presupuestos Generales de España. Aquí es donde radica la diferencia, lo distinto. La importancia de votar y de optar por una ideología o por otra. De elegir por una línea progresista o conservadora.

Puestos a elegir, por cuanto las políticas incentivadoras y generadoras de empleo están en desuso entre los conservadores, se podría optar por no reducir en pensiones y si hacerlo en otros capítulos de los presupuestos. Y es aquí y ahora donde está el debate social y político.

Con el objetivo de incentivar el debate democrático, yo creo que, de ser imprescindible, reitero imprescindible, se podría recortar en Defensa en vez de en Pensiones. Dicho esto, me apresuro a decir que respeto profundamente a la Institución Militar, democráticamente entendida y ejercida, y más singularmente las misiones de paz que desarrollan internacionalmente y, por ser de suma actualidad desgraciadamente este verano fruto de los incendios, también mi reconocimiento y gratitud a la Unidad Militar de Emergencia, que tan buen papel viene desarrollando desde su creación por el Presidente Rodríguez Zapatero.

Pero, dicho lo anterior, cabe recordar que la publicidad de Rajoy, al menos ante los Presupuestos de España para 2012, fue de reducción del capítulo de Defensa en un 8,8% respecto a 2011 y una disposición inicial de más de 6.000 millones de euros, unos 600 millones menos que el año pasado, de los que más de 300 millones de euros correspondían al capítulo de inversiones, aunque fue el ministerio que sufrió la menor merma en su presupuesto, por cuanto la media de reducción fue de casi el 17%.

Pero muy pocos meses después (los presupuestos se aprobaron y publicaron a finales del primer semestre), casi de “tapadillo”, el presupuesto de Defensa para este año ha experimentado un “súbito incremento” de más del 28%. El Consejo de Ministros acaba de aprobar un crédito extraordinario de casi 1.800 millones de euros para programas de armamento. Si esta partida se hubiera incluido ya en los presupuestos de 2012, el capítulo de Defensa hubiera sumado más de 8.000 millones, con un aumento de algo más del 16% respecto a 2011, en vez de reducirse inicial y publicitariamente en un 8,8%. Cabe recordar, para no olvidar, que si el actual Ministro de Economía y Competitividad, Sr. De Guindos, trabajó para Lehman Brothers, su homólogo en el Ministerio de Defensa, Sr. Morenés, estuvo muy bien relacionado con la industria armamentística, por cuanto y según Wikipedia, entre otras responsabilidades, ha sido Director General para España de la empresa de misiles MBDA.7.

Bien, pues como diría William Shakespeare, “ser o no ser, esa es la cuestión”. Aquí la cuestión, al menos a la hora de optar, es optar bien, optar por los ciudadanos, optar por sus derechos, en este caso derechos contributivos o cotizados, optar por su bienestar y optar finalmente por su futuro, después de 50 años de cotizaciones. Luego, si esa es la cuestión, yo opto por pensiones antes que por cañones.

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