Tudela

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Todos mis sueños

sábado, 20 de octubre de 2012

Izquierda & Izquierda. ¿Adversarios o Aliados?

Recientemente, una vez más, el dirigente de Izquierda Unida en Navarra arremetía políticamente, en una reunión de su Consejo Político, contra la derecha navarra (UPN y PP) para, pocas frases después, descalificar a la izquierda mayoritaria de la Comunidad Foral (PSN-PSOE), bajo el eufemismo de “la izquierda de la resignación”. Esto, que puede estar solamente justificado en la rivalidad e intereses electorales de dicho dirigente y de su minoritaria formación política frente a la izquierda mayoritaria, no debe, a mi juicio, ser el mejor camino a mantener, suficientemente explorado ya, si lo que se pretende es propiciar un cambio político e institucional en Navarra.

Llevo casi cuarenta años de militancia política. He asistido y participado, por tanto, en multitud de reuniones internas y públicas de mi partido y debo decir, en honor a la verdad, que nunca he escuchado a ningún dirigente socialista arremeter ni descalificar a los demás partidos de la izquierda. Sin embargo, si he visto a esta izquierda “post-comunista” no solo descalificar sino articular “pinzas” con la derecha y en contra de la izquierda mayoritaria. Es mas, en estos momentos podemos ver tres estrategias de dicha izquierda menos mayoritaria: la extremeña, la asturiana o la andaluza. Cierto es que me parece mejor la andaluza, menos mala la asturiana y pésima la extremeña.

No he asistido a similares estrategias político electorales de la derecha, ni foral, ni nacional. Por el contrario, estoy asistiendo a parecidos métodos, aunque por motivos no estrictamente iguales, de los nacionalismos, particularmente del nacionalismo vasco residente en nuestra Comunidad Foral, ante la concentración del nacionalismo radical y la necesidad de resituarse al otro nacionalismo vasco, fruto del proceso electoral en el País Vasco.

Lo cierto es que, al menos en Navarra, se necesita un cambio político e institucional, que defienda otros valores básicamente sustentados en la generación de empleo junto al mantenimiento de un sistema de protección social sostenible y cuyo resultado, tanto a corto como a largo plazo, sea la viabilidad de Navarra como Comunidad Foral propia y diferenciada. Por tanto, el objetivo debe ser el obtener el apoyo mayoritario y democrático de la sociedad navarra a propuestas, programas y partidos progresistas, que se comprometan a defender estos principios.

Esa es, por tanto, la meta. Para alcanzarla en las primeras posiciones deberemos tener claro quiénes son nuestros aliados y quiénes otros, por el contrario, son nuestros verdaderos adversarios. Por cuanto la confusión en estos términos puede producir el desgaste, por equivocación, de los primeros, nuestros aliados, en favor de los segundos, nuestros adversarios. Cierto es que no somos exactamente iguales, como tampoco lo son nuestros adversarios. Pero también es cierto que, como en un equipo deportivo, los aliados, aunque con diferentes posiciones (defensa o ataque), no se ponen zancadillas porque forman parte del mismo equipo.

No lograríamos nada si, en vez de impedir el avance de nuestros rivales, impidiéramos el avance de nuestros aliados. Porque nuestros aliados si crecen suman en nuestro equipo y nuestros adversarios si crecen nos restan. Como tampoco lograríamos nada si nuestro único y último objetivo fuese el que yo sea más que tú en el mismo equipo, por cuanto la suma seguiría dando igual que antes o, a lo peor, menos que antes. En definitiva, se trata de ser todos, todos los del mismo equipo, más que antes y buscar que el conjunto del otro equipo sea menos que antes.

Esto, que parece obvio en el ámbito deportivo, no lo debe ser tanto en el espacio político y, mucho menos, cuando los vientos de una contienda electoral se empiezan a sentir. Por ello, se hace necesario, diría yo imprescindible, diferenciar bien los conceptos calificativos de adversario y aliado, para actuar democráticamente frente a los primeros pero siempre junto a los segundos.

Deseo que todos los partidos progresistas y de izquierdas de Navarra, que se comprometan a defender y aplicar valores sustentados en la generación de empleo, en el mantenimiento de un sistema de protección social sostenible junto a la viabilidad de Navarra como Comunidad Foral, diferencien bien, bajo parámetros democráticos, entre adversarios y aliados. Por cuanto, si queremos legítimamente ganar, no valdrá el viejo dicho de “quítate tú para ponerme yo”, solo valdrá la estrofa de aquella lejana canción: “juntos somos mucho más que dos”.